Elementos filtrados por fecha: Septiembre 2019

Lunes, 30 Septiembre 2019 07:07

Pásate al armario cápsula

Las primeras pertenencias que reduje cuando cuando comencé a llevar un estilo de vida más minimalista fueron prendas de ropa. Para mí fue sencillo deshacerme de camisetas, pantalones o vestidos que no me ponía. Sé que no siempre es así y que tendemos a guardar muchos “por si acasos”. Yo siento tanta liberación con un armario con pocas prendas, que quiero compartir mi proceso y los recursos que a mí me han servido por si son útiles y tan placenteros para otras personas.

Cómo llegué al armario cápsula

El proceso fue muy curioso y puede que en un orden diferente al de otras personas. Para contaros cómo empezó, me tengo que remontar a septiembre de 2016, cuando empecé a trabajar en Monetes. Venía de pasar tres años en pijama, cuidando de Daibel en casa. Además, sentía que la ropa que usaba en mi trabajo anterior no tenía nada que ver conmigo. Siempre vestía de manera que me hiciera parecer más mayor con el objetivo de que me tomaran en serio. En fin... 

Para tener algo decente que ponerme para ir a trabajar, me fui de compras y, como por arte de magia, encontré mi estilo por primera vez en mi vida. Aquí es donde está lo curioso. De pronto supe elegir ropa acorde a mi estilo de vida, que me gustaba y me sentaba bien. Yo no sé si esto le pasa a más gente, pero hasta ese momento, yo no terminaba de estar conforme con mi armario, siempre pensaba que faltaban cosas y que tenía mucha ropa que no era la que quería llevar y aún así me ponía porque es lo que encontraba en mi armario. 

Las expertas en organización suelen decir que primero viene la limpieza de armario y luego encuentras el estilo, gracias a la información que te aportan las prendas con las que te has quedado. Este vídeo de Lucía Terol lo explica fenomenal.

En mi caso fue al revés. Encontré mi estilo y fue entonces cuando me vi capaz de deshacerme de todo aquello que no encajaba. De esta forma salieron, por ejemplo, todos los vaqueros de mi armario. ¡Qué locura! ¡Una persona sin vaqueros! Pues sí. No tengo vaqueros porque no consigo encontrar ninguno que me encante y me resultan incomodísimos.

Cómo es mi armario cápsula

Lo que se ha quedado son prendas con las siguientes características:

  • Cómoda. Punto principal e indispensable. Lo que me incomodaba, por muy bonito que fuera, salió de mi armario. Es por ello que no hay vaqueros, pero hay variedad de medias y leggins que llegan a la cintura y camisetas y vestidos amplios que considero que me sientan bien.
  • Bonita/especial. No me quedé con nada que no me encantara o fuese muy funcional y combinable, como unos leggins. Para mí es importante vestir con ropa que me guste mucho, que me haga sentir que es especial. Te aseguro que así cuesta menos elegir con qué vestirse por las mañanas porque muchas veces estoy deseando ponerme esa prenda que tanto me gusta.
  • Fácil de combinar. Este punto aún lo estoy perfilando. Es curioso porque hace un año pensaba que mi armario cápsula de invierno estaba muy perfilado, pero me he dado cuenta de que no es así. Es el de verano con el que me siento más conforme porque sí he conseguido, con poca ropa, tener un armario cápsula que permite muchos conjuntos diferentes gracias a la posibilidad de combinación de prendas. En el armario de invierno, lo que realmente pasa es que tengo más ropa, por eso tengo opciones variadas, pero no tantas combinaciones con la misma prenda. Desde luego, mi armario de entretiempo es el que menos me convence. Con él todavía tengo la sensación de no vestir como a mí me gusta. Con el paso del tiempo iré ajustándolo. 
  • Prendas que no hay que planchar. Yo no plancho, así que de mi armario salió todo lo que requería planchado para poder ponérmelo, ya que no lo usaba; y tampoco entra nada nuevo que haya que planchar. Esto lo tengo muy en cuenta a la hora de elegir la ropa.
  • Faldas y vestidos. Siempre me había etiquetado a mí misma como que yo no era una persona de faldas o vestidos. Cuando me di la oportunidad de probarlos, descubrí que son las prendas con las que más cómoda me siento y que me gusta la figura que me hacen.

Sí que es verdad que, una vez vaciado el armario de todo lo que no iba conmigo, he tenido que comprar algunas prendas más para poder hacer ciertas combinaciones y sacarle todo el partido al armario cápsula. Además, yo no tengo el objetivo, como otras personas, de no comprar ropa en un año. Cuando tienes menos ropa, esta se desgasta más y es posible que haya que reponerla. Aunque aquí también entramos en el tema de las calidades. Cuanta más calidad, más dura la prenda.

Lo que sí me planteo, por una cuestión de conciencia ecológica, es adquirir más ropa de segunda mano o de fabricación sostenible. He de decir que esto no es tan fácil cuando eres de talla grande, pero bueno, yo voy a poner de mi parte.

Preparar la ropa de la semana

 

Una práctica que he incorporado tras armar mi armario cápsula es la de dejar preparados los ‘looks’ de toda la semana el domingo por la tarde. ¡Me encanta!

Dedico un rato a pensar cómo es probable que sea mi semana. Repaso la agenda para ver si hay citas de médicos, qué tareas hay que realizar en el trabajo, si he quedado... Y en base a eso, elijo tres looks completos y los dejo preparados en una percha tipo pantalonero, dejando más abajo el último look que me pondré y más arriba el primero.

Elijo sólo esos tres conjuntos porque repito ropa dos días. Paso muchas horas en casa (en pijama, monísimo, eso sí). Prácticamente, sólo salgo para ir a trabajar y mis turnos son de tres horas y media, por lo que no me da tiempo a ensuciar la ropa.

Puede parecer algo como muy restrictivo pero, si llegado el día no te apetece ponerte lo que elegiste, han cambiado los planes o algo se ha ensuciado, te pones otra cosa y listo. Lo bueno de un armario cápsula bien perfilado es que las prendan combinan entre sí.

Además, le veo tres ventajas fundamentales a esta práctica:

  • Me pongo toda la ropa que tengo. Al elegir los looks en el mismo día, pienso con más detenimiento las posibles combinaciones y me doy cuenta de qué prendas hace tiempo que no uso y, si me apetece, las pongo en la percha. Si no, es una señal para ir pensando si esa prenda debe irse.
  • Pongo menos lavadoras. No sólo porque repito look dos días, sino porque, al tener una idea clara de lo que me voy a poner, no echo a lavar camisetas que tienen una puesta de sólo dos horas, por ejemplo. Esto, además, hace que la ropa dure más, ya que el deterioro de las prendas es causado, sobre todo, por los lavados.
  • Mi armario está más ordenado. En el pasado, era muy frecuente que me probara varias prendas antes de decidir qué ropa me ponía ese día y muchas veces lo que no había elegido se quedaba por ahí tirado porque ya había llegado la hora de salir de casa. Ahora, puede haber varias pruebas el domingo (casi nunca pasa ya esto porque tengo una idea mucho más clara de lo que tengo), pero después, dispongo de tiempo para dejarlo todo en sus sitio. Y, como lo hago de una sola vez, no se acumulan pruebas de varios días.

Además, quería comentaros que también me he pasado al doblado de ropa vertical, técnica que ha popularizado Marie Kondo y que ayuda mucho a tenerlo todo a la vista y más ordenado.

 

El armario cápsula de Daibel

armariocapsula1

Daibel también tiene su armario cápsula. De hecho, es mucho más cápsula que el mío.

No le preparo la ropa de la semana los domingos, como hago con la mía. Él sale menos que yo de casa y suele estar en pijama, así que le pongo el que esté limpio y punto. Tiene como seis o siete. Lo que sí hago, si vamos a salir, es preparar la ropa de calle la noche de antes. Sé que esto lo hace mucha gente y lo recomienda todo el mundo, pero yo no lo había conseguido hasta ahora. Y sí, preparar las cosas la noche anterior marca mucho la diferencia, al menos para mí.

Daibel sólo tiene dos conjuntos de calle esta temporada. Y no, tampoco tiene vaqueros. Elegí dos prendas llamativas que me gustaban mucho y compré otras de colores neutros con las que poder combinarlas. Y ya está. No necesita más.

Los pantalones y sudadera tan bonitos son artesanales, hechos por Yocosocositas.es ?

Recursos para crear tu armario cápsula

Por último, quiero dejarte aquí unos enlaces por si te apetece indagar más respecto al armario cápsula:

  • Para mí, los vídeo que mejor lo explican, con contenido más teórico que práctico y que te hacen profundizar en comprender tu armario y tu estilo, son, como no, los de Lucía Terol, que puedes encontrar aquí.
  • Si buscas contenido más práctico, estará bien que eches un ojo a los canales de Paula Simple, Elena HG y Vida Minimalista.
  • Si te llama la idea de hacer un armario cápsula minimalista para tu hijo o hija, Mamá Valiente tiene una guía maravillosa en el blog de Esturirafi


¿Te animas a pasarte al armario cápsula? ¿Tienes ya un armario minimalista?

Publicado en Salud emocional
Miércoles, 25 Septiembre 2019 07:34

Por qué nos hemos mudado

Hace diez años, ElPadreDeLaCriatura y yo decidimos vivir juntos. Surgió la oportunidad de vivir en una casa en Rivas con un alquiler muy económico. Teníamos que marcharnos de Móstoles y Getafe a una ciudad que no conocíamos, pero en la que teníamos unos amigos y la opción de vivir en una casa sobre suelo protegido cuya gestión dependía de Lazora.

Cuando firmamos el contrato se hablaba, pero no se dejaba por escrito, de que pasados los diez años de protección del suelo, esos pisos se venderían y se nos ofrecerían a nosotros los primeros.

En 2012 renovamos contrato y, a causa de un cambio de normativa, experimentamos una subida de precio de 150€. Seguía siendo asumible, pero la subida era considerable. Un año después nacería Daibel.

En diciembre de 2016, casi con un año de antelación al vencimiento de nuestro contrato, una vecina me comentó que se iba a marchar del edificio porque se le acaba el contrato y Lazora le había comunicado su intención de no renovarlo. Desde ese momento, empezamos a informarnos y descubrimos que esto estaba pasando en muchos edificios de toda la Comunidad de Madrid construidos en suelo público protegido y gestionados por Lazora y Larcovi (empresas del mismo grupo). Poco a poco, fuimos conociendo más casos de afectados por otros fondos buitre, como Fidere.

Estos promotores inmobiliarios habían encontrado la gallina de los huevos de oro en 2008. La Comunidad de Madrid les cedía parcelas de suelo protegido a cambio de que construyeran viviendas para jóvenes a precios asequibles. Diez años después, la protección vencía y podían hacer con esas casas lo que quisieran.

Así, a finales de 2016, Lazora comenzó a informar a los inquilinos de nuestro edificio de que no renovaría sus contratos y tampoco les ofrecería la opción de comprar los pisos. Suponemos que la intención era vaciar el edificio, reformarlo y así poder vender los pisos más caros.

Pero la protección de esas viviendas era hasta 2018 y estaban echando a los vecinos poco a poco, no renovando contratos y dejando el edificio medio vacío. Estaban incumpliendo su acuerdo con la Comunidad de Madrid. Nadie hizo nada al respecto.

Iniciamos la búsqueda casa nueva

El edificio empezó a quedarse vacío. Las familias se marchaban al recibir las cartas en las que informaban que no habría renovación. Nosotros también recibimos la carta. Ya llevábamos un tiempo buscando opciones para mudarnos, pero no encontrábamos ninguna casa en la que Daibel pudiera vivir y que pudiéramos pagar.

Teníamos un gran condicionante: que la casa que tuviera un dormitorio de buen tamaño porque debía caber una cama de matrimonio, una de 90 cm y todo el aparataje que acompaña a Daibel para dormir. Las viviendas que podíamos pagar en Rivas, no cumplían esta característica. Comenzamos a mirar en otros municipios, pero nos pasaba lo mismo.

Sin ayuda institucional

Paralelamente a la búsqueda de piso, tratamos de negociar con Lazora un nuevo contrato e, incluso, la compra de la vivienda. Su respuesta era siempre una negativa. También comenzamos a hablar con políticos del municipio y de la Comunidad de Madrid, así como con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y con servicios sociales.

Los miembros de la PAH mostraron mucho interés en nuestra situación y nos orientaron en algunas acciones a realizar. Pusimos una reclamación en Consumo y tratamos de comprometer a los vecinos que aún quedaban en el edificio, pero no hubo manera.

Algunos medios de comunicación se interesaron por nuestro caso, pero nos pedían una exposición de nuestra situación familiar que no queríamos asumir por una cuestión de protección de nuestra intimidad y la de Daibel. Aún así, El Diario de Rivas, publicó una noticia al respecto. En ella se ve qué posición tomaba el gobierno municipal y regional. Por parte de los políticos conocedores de esta situación no recibimos ninguna ayuda.

Nuestra situación empeora

Hubo un momento en el que Lazora comenzó a prorrogar alquileres a algunos vecinos que habían manifestado que se marcharían, pero que aún no habían encontrado vivienda. Unos ancianos de nuestro portal también consiguieron un contrato nuevo. A nosotros nos lo seguían negando.

De pronto, a un mes del vencimiento del contrato, Daibel coge una infección respiratoria muy grave que le tiene ingresado más de un mes y que cambiaría nuestra vida para siempre. Obviamente, nuestra búsqueda de alternativas se paraliza y delegamos la situación en un experto en asuntos legales, dado que es imposible que podamos buscar otra casa y mudarnos.

Según le dan el alta a Daibel, nuestro contrato vence, pero nosotros nos quedamos y Lazora nos denuncia. Aún con mediador, las negociaciones duraron nueve meses. En ese tiempo, volvieron a alquilar las viviendas que se habían quedado vacías pero por más dinero. Ya no entendíamos nada; incluso mis cuñados, que vivían en el edificio, se tuvieron que marchar y, pasado un tiempo, su casa estaba alquilada de nuevo. ¡No se puede jugar así con las personas! ¡La vivienda es una cosa muy importante!

Finalmente, tras nueve meses sin contrato efectivo de alquiler, firmamos uno con cláusulas abusivas y que suponía un incremento de precio de más de 200€.

Un solución transitoria

Mientras tratábamos de regularizar nuestra situación, nosotros seguíamos buscando otra vivienda, pero nada se ajustaba a las necesidades de Daibel. Además, él estaba muy delicado y realizar una mudanza suponía ponerle en peligro.

Con el contrato ya firmado y Daibel mejorando, comenzamos a plantearnos más en serio comprar una casa. El alquiler era muy alto (un 50% más caro que cuando nos mudamos a Rivas) y en tres años volveríamos a tener el mismo problema. Nosotros siempre habíamos pensado que no compraríamos una casa, pero un embudo nos dirigía por ese camino. Con una hipoteca, la mensualidad sería más reducida y no nos volveríamos a ver maltratados por un fondo buitre.

Vivimos en la casa de nuestros sueños.... Eso sí, en un pueblo

En noviembre de 2018, encontramos una casa que tenía posibilidades. Podíamos adaptarla fácilmente para que pudiera vivir Daibel, pero tenía otros inconvenientes que finalmente nos hicieron rechazarla.

Llevábamos tiempo viendo por internet otra vivienda que nos llamaba la atención, pero por las fotos no estaba claro que nos sirviera. De pronto, bajaron considerablemente el precio y decidimos ir a verla. Era perfecta. Necesitaba algunos retoques para adaptarla a Daibel, pero cosas sencillas.

Finalmente la compramos y comenzamos a vivir en ella en abril de 2019. Está muy por encima de mis expectativas iniciales y estoy enamorada.

Para poder comprar una casa que pudiéramos pagar (además de contar con la ayuda de la famila), hemos tenido que mudarnos a un pueblo, donde los precios están más asequibles. Esto es algo que no ha sido fácil de decidir.

Cuando no teníamos a Daibel, ElPadreDeLaCriatura y yo fantaseábamos con terminar viviendo en un pueblo, llevando una vida más tranquila y natural. Cuando nació Daibel, con todas su necesidades, se nos quitó la idea de la cabeza. De pronto se volvió importante tener hospitales cerca y que las ambulancias tardasen 20 minutos como mucho en llegar, así como tener el Centro de Atención Temprana en el mismo municipio. Con la entrada del servicio de Cuidados Paliativos en nuestras vidas y nuestra decisión de que las terapias las realizara en casa, nuestra visión cambió. Nos podíamos permitir vivir en un pueblo porque son los médicos y terapeutas los que vienen a casa y las situaciones de emergencia las resolvemos desde aquí, sin ambulancias ni ingresos. Así que gracias otra vez.

Publicado en Burocracia