Lunes, 18 Julio 2016 15:22

13 meses de lactancia extraída

Después de mucho leer y charlar he llegado a la conclusión de que no hay dos lactancias iguales, ni si siquiera tratándose de hermanos. En internet se puede leer mucho sobre diferentes dificultades a las que las madres se pueden enfrentar: grietas, frenillo, crisis de lactancia, etc. Pero me cuesta encontrar historias como la que hoy os traigo. Quiero hacer visible que estos casos existen. Yo conozco al menos 3 y me parecen admirables.

Cuando pensamos en lactancia se nos viene a la cabeza una madre amantando a su hijo o hija.  Podemos incluso pensar en una madre extrayéndose leche en el trabajo mientras su peque está en la escuela infantil. Pero es raro que se nos ocurra pensar en que hay bebés que se alimentan de lactancia materna exclusiva y prolongada sin succionarla en ningún momento del pecho de su madre. Hoy os cuento la historia de Izas y Hugo, una lactancia que duró 13 meses en los que la madre estuvo sacándose y almacenando leche todos los días para que su hijo tuviese lo que ella consideraba que era lo mejor.

Hugo está afectado por el Síndrome de Wolf-Hirschhorn, una enfermedad rara de la que ya os hablé en el reto #ConoceLasEnfermedadesRaras. La lactancia natural de estos niños es muy difícil y, me atrevería a decir, que imposible sin ayuda. Por ello, lo que consiguió Izas es increíble y muy muy difícil.

Antes de pasar a la entrevista, quiero decir que con este artículo no pretendo hacer sentir mal a nadie. Ojalá que nadie se sienta culpable al leerlo por no haber conseguido lo mismo que Izas. Cada persona y cada circunstancia son diferentes. Yo misma hice todo lo que Izas os va a contar en circunstancias parecidas y el resultado no fue el mismo, quién sabe por qué razón. Pero, cuando ella me contó su historia, lejos de  sentirme mal por no haber conseguido lo mismo, me aelgré de ver que es posible. Nunca me cansaré de recomendar asesoramiento si vives una situación similar y, desde luego, Lactancia Unidades Neonatales me parece una gran opción.

Os dejo con el testimonio de Izas.

¿Cómo fue el nacimiento de Hugo? ¿Por qué no le pudiste amamantar en un principio?

Hugo nació prematuro. Yo dejé de notarlo en la tripa, fui al hospital y me practicaron una cesárea de urgencia. Al sacarlo vieron que traía 4 vueltas de cordón y hubo que reanimarlo porque nació sin respirar. Era muy pequeñito, apenas llegaba al 1kg 500gr, y tenía muy poca fuerza. Ni siquiera lloraba. Pero nada de eso interfirió en la lactancia. El motivo por el que no pude darle de mamar fue la retrognatia severa con la que nació. Su barbilla estaba completamente retraída y eso hacía que su labio inferior quedase demasiado atrás, no pudiendo realizar un buen agarre. Era fisiológicamente imposible.

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¿Qué ayuda recibiste en neonatos para establecer la lactancia?

Nada más nacer Hugo, estando yo ingresada en planta, en el hospital Universitario de Cruces, había una sala de extracción de leche con varios sacaleches a libre disposición de las mamás que acabábamos de parir. Allí tenía los medios, pero no recibí asesoramiento. Desde la primera extracción, el sacaleches me produjo unas heridas que se fueron poniendo cada vez peor, hasta dejarme los pezones en carne viva. Al día siguiente, me hablaron de María, la jefa de enfermeras de neonatos, que también era asesora de lactancia. Sólo me dijo que estuviera tranquila, que lo íbamos a solucionar. Con el tiempo supe que se asustó al verme el pecho, nunca había visto unas heridas así. Me proporcionó unos parches que utilizan para regenerar la piel de los prematuros y en pocos días mi piel volvía a estar perfecta. Vio cómo me extraía la leche y enseguida se dio cuenta de que las boquillas estándar que vienen, no eran las correctas para mi pecho. Probamos varias tallas hasta dar con la mía y de ahí en adelante todo marchó muy bien.

¿Por qué decidiste extraerte leche materna?

Antes de ser madre, pensaba que no iba a dar pecho a mi hijo ni un sólo día. Es largo de explicar, pero digamos que no sentía ese instinto de amamantar. El mismo día que nació Hugo, en cuanto le vi, supe que necesitaba leche materna. Es como si algo dentro de mí supiera lo frágil que era.

¿Cómo te organizabas para extraerte leche y atender a Hugo?

Por las noches era “fácil”. Mi marido le daba los biberones mientras yo me conectaba al sacaleches. Por el día, eso ya era otra historia. Ponía a Hugo en la cama y con un pie le daba masajes en la tripa para aliviarle los cólicos, con el otro pie acariciaba al perro que estaba en el suelo y que sufría estrés por tanto cambio. Mientras, mis manos ocupadas extrayendo la leche. Tenía poca leche y aprendí que sacando de una en una, conseguía mayor producción, así que tardaba el doble de tiempo. Entre montar la máquina, las extracciones, guardar la leche, fregar los biberones… pasaba casi 1 hora. Después me pasaba otra hora para conseguir que Hugo tomara el biberón y cuando terminaba, tenía que tenerlo en brazos más de media hora para que no vomitara, suponiendo que no vomitase,  me quedaba menos de media hora libre porque cada 3 horas, vuelta a empezar. Al principio no hacía prácticamente otra cosa que sacarme leche y alimentarlo. Poco a poco todo se fue estabilizando y conseguí aumentar la producción de leche y espaciar las extracciones.

¿Te sentías frustrada al no poder amamantar a tu hijo y tener que realizar extracciones?

Lo cierto es que nunca llegué a sentirme frustrada por no poder amantar porque Hugo tomaba leche materna gracias a las extracciones, así que el objetivo de la alimentación estaba cumplido. Es cierto que la lactancia materna también favorece el vínculo madre-hijo, pero como Hugo y yo hacíamos método canguro, colecho y porteábamos, favorecíamos el vínculo de esa manera.

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Cuando me sentía frustrada era cuando disminuía la cantidad de leche que producía. Ahí me sentía incapaz de alimentar a mi hijo, pero siguiendo los consejos de las asesoras que me fueron acompañando, siempre conseguí la cantidad necesaria y algo más para congelar.

¿Pensaste en algún momento en dejar las extracciones?

Hubo algún periodo en que disminuía la cantidad de leche que producía y pensaba que la naturaleza me estaba diciendo que ya era tiempo de parar, pero luego miraba a Hugo, tan frágil, y sabía que tenía que seguir intentándolo. En aquellas ocasiones llegué a sacarme leche cada hora y media para conseguir recuperar la cantidad que necesitaba.

¿Por qué dejaste las extracciones? ¿Cómo afrontaste esa decisión?

Como ya he dicho, los comienzos no fueron fáciles y tuve heridas en el pecho. Conseguí curarlas, pero de tanta extracción, terminé con hematomas en ambos pechos. Como seguía sacándome cada poco, no había forma que desapareciera y cada vez estaban peor. Uno de ellos tomó un color que no me gustaba nada y ahí decidí que ya no podía seguir más. Me costó mucho dejarlo. Hugo tenía muchísimos problemas digestivos y no toleraba alimentación complementaria. Me daba miedo que no tolerase la leche de bote. Pero gracias a que tenía reservas de leche materna congelada, pudimos ir introduciéndole la leche de fórmula poco a poco hasta que la toleró. Leche hidrolizada, eso sí, porque no tolera la proteína de leche de vaca.

Hugo estuvo alimentado 13 meses con lactancia materna exclusiva, ¿por qué?

Digamos que otra vez mi instinto me decía que era la alimentación que él necesitaba. Los médicos insistían en que debía tomar “comida de verdad” antes de los 6 meses. Decían que no crecía porque le estaba alimentando mal. Esto me costó varias discusiones con mi marido porque él dudaba sobre si debíamos darle otro tipo de alimentación. Probamos con fruta y verdura a los 7 meses y medio y fue un desastre. No porque no la comiera, sino por los dolores de tripa y estreñimiento que le causaba el tomar 3 cucharaditas de pera. Para mí eran señales claras de que no estaba preparado. Si mi hijo no se aguantaba sentado en el sofá, no sujetaba la cabeza, pesaba apenas 3kg… ¡por qué iba a comer lo mismo que un niño de 6 meses! Así que hice caso omiso a las sugerencias de los médicos y seguí mi instinto y las recomendaciones de la OMS. A los 13 meses ya parecía preparado para tolerar las frutas y así fue. Hemos hecho los cambios siempre muy despacio y todos con éxito. A día de hoy es un niño que come de todo, menos proteína de leche de vaca y fresas.

Realizar extracciones de leche materna durante más de un año no es una tarea fácil. Visto con perspectiva, ¿volverías a hacerlo?

Sí. Volvería a hacerlo una y mil veces más.

¿Qué te parece la historia de Izas y Hugo? ¿Tú también te has extraido leche? ¿Tu lactancia también fue diferente?

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